jueves, 7 de octubre de 2010

Aunque con un poco de retraso aquí muestro un par de imágenes del montaje de mi exposición. El resultado final fue muy bonito porque todo giraba en torno al bosque sagrado y Moratín 20 se convirtió en una especie de bosque en miniatura con cipreses y flores adornando el interior y el exterior del espacio, numerosas antigüedades alusivas al mundo natural -fanales decimonónicos con animales disecados, un gran pavo real, carteles alemanes de botánica y un sin fin de pequeños detalles- , cestas repletas de frutos silvestres y el sonido del bosque como fondo (cantos de pájaros, grillos, el canto de un riachuelo...).
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Lo mejor de todo fue sentirme absolutamente arropado por la gente que me quiere, así que desde aquí dar las gracias a todos y cada uno de ellos, y en especial a Gemma por sus fotografías y a Eva por su precioso texto y por el esfuerzo que hizo para que todo saliese perfecto.